domingo, 6 de octubre de 2013

¿Dónde está nadie?

Esa noche nadie vino a cenar. Ese día por la mañana nadie lo había visto. Estaba su casa vacía, como un cajón blanco carente de adornos, estaba el aire carente de aromas, de calor o de frío, pero tenía guardados en los bolsillos la diversidad unida como un carrete de hilo.

Nadie llegaba. De igual forma: Nadie había sido invitado.

-Yo soy al que nadie quiere -exclamó repentinamente el dueño de la casa cajón blanco- nadie vendrá, nadie.

Y entonces nadie apareció, se dió la vuelta pues sintió un ruido y se dió cuenta que nadie estaba allí, que nadie era su compañía.

Y nadie llegó y nadie se lo llevó.

Una parte siguió allí, y la otra marchóse con nadie.

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