jueves, 23 de agosto de 2012

De ruiseñores y serpientes

Serpiente se arrastra, pero es falta de mecanismo...
                                         que le despegue del suelo.
Ruiseñor vuela, pero es porque es el aire su medio...
                                      remontase en éter y melodía.
Serpiente arranca y devora la vida del atacante invasor.
Ruiseñor desgarra y engulle del suelo y el tronco defensor.
Serpiente individual su naturaleza... y prueba el aire.
Ruiseñor abre las alas a su soledad... y canta al aire.
Serpiente ante los ojos de la conmiseración, maligna es.
Ruiseñor ante percepciones mundanas, codiciable es.
Serpiente al contendor, con su beso fatal impregnará.
Ruiseñor ante la naturaleza, fatídica estrella revelerá.
Serpiente designada a víctima de su propia naturaleza.
Ruiseñor estigmatizado a víctima por su canto y belleza.
Serpiente ignorará tu amor porque te crees igual a ellas.
Ruiseñor reviéntese el deseo, negará su canto a las rejas.
Serpiente se retorcerá del dolor pero nunca para ti bailará.
Ruiseñor siendo prisionero jamás canto y progenie dará.

Y han nacido tal vez para víctimas, éstos pequeños depredadores;
Ruiseñor y serpiente te encerrarán a ti, cuando busques encerrarles,
Naturalezas en común indistinguibles a ojos de la inmediatez,
Serpiente y ruiseñor, tierra y aire, diferentes e iguales a la vez.


viernes, 17 de agosto de 2012

La langosta

Escribí éste texto hace apróximadamente ya dos años, la verdad no está fechado, me costó mucho volver a leerlo, como si no tuviese como enfrentarme a lo que yo mismo escribí, dudé mucho en publicarlo, pero finalmente helo aquí.
Al referirme a una langosta, hago referencia al insecto que destruye los campos (es fitófago), resulta importante remarcar ésto, no se confunda con la langosta marina.



Y nací para ser la langosta.
Soy instrumento de lo que Ustedes llaman mal.
Y soy quien destruirá tu siembra.
Nací desgracia que marcará tu rostro.
Y soy los surcos que ulcerarán tu estómago.
Nací para llevarme tus hijos, desnutrir tu cuerpo.

Y viví para ser la langosta.
Soy instrumento de bien...
Pues extensión soy de lo que Ustedes nombran Poder Divino, Fortuna.
Nací plaga enviada para morir.
Y creíste que te dejé sin alimento y sin estirpe... pero...
Yo soy quien se alimentó con tus campos envenenados.

Y yo absorberé, yo asumiré tu alimento fétido,
que creías brillante cuando relucía bajo el sol...
Nací como plaga, soy langosta... pero... ante el brillo soy desgracia.
Aquí en la oscuridad del piso donde yazco...
Soy bien y absolución.
Y morí como langosta... benévola... pero asoladora a tus ojos.