martes, 9 de octubre de 2012

La virgen de los caballos

La virgen de los caballos relincha y se encabrita, rompe el piso con sus cascos y el casco le rompe los patas; la virgen de los caballos galopa y no se preocupa del cansancio, no habla con intermediarios y no sabe de su propia existencia; la virgen de los caballos come hierba y pasta con sus hermanos, pues no es superior a ellos, es un caballo más, y todos los caballos son su mismo dios; la virgen de los caballos sueña de infinitos prados, fuera de la esclavitud de los pueblos humanos; la virgen de los caballos es salvaje e indómita, no necesita de cantos y rezos, proteje su especie dentro de su misma nobleza, es la especie y sus variables genéticas; la virgen de los caballos es potente, se llena de polvo y celebra con el viento que siempre ha estado y sus moléculas nuevas; la virgen de los caballos no dá llamados especiales, pues todos son sus elegidos; la virgen de los caballos exhala bravura, pero no vende valentías y no tiene preferencias.

La virgen de los caballos flota y galopa a la vez, vive entre el aire y la tierra, pues la tierra no le es menos que el aire, y el cielo no le es superior; la virgen de los caballos toma agua en plácidos remansos de agua, y no necesita de bautismo para saber de integridad y pertenencia; la virgen de los caballos no ve el futuro ni se eleva, se queda junto a sus semejantes y les defiende desde adentro, les susurra su libertad y la inscribe en su sangre; no hay caballo esclavo aunque si caballo con gringolas y con riendas, pero la virgen de los caballos los libera desde que nacen y los deja libres desde adentro, les limpia de demonios y de divinidades falsas; porque pueden amaestrarlos pero siempre están sueltos desde adentro, son lanzados al mundo y ya corren; y la virgen de los caballos habita en ellos, pues en ellos mismos está su dominio y su temple.


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